Miércoles 6 de febrero de 2008. Terminan los carnavales y el Ministerio de Poder Popular para Relaciones Interiores y Justicia anuncia que el número de fallecidos por accidentes de transito este año durante las pintorescas fiestas disminuyo 8.4 % en comparación al año pasado. Por otro lado, los medios de comunicación a nivel mundial informan que “el voto hispano fue crucial en la victoria de Hillary Clinton frente a Barack Obama en los estados de Nueva York, California, Arizona y Nueva Jersey en las primarias del ‘supermartes’” (Yahoo noticias). Pero lo que concentra la atención de gran parte de los venezolanos es el segundo partido de La Vinotinto con César Farías como director técnico.
Vamos por partes, como diría Jack ‘The Ripper’. Primero se creo un mar de especulaciones sobre el accionar del nuevo estratega de la selección de fútbol. Luego de la “mega noticia” en noviembre sobre la renuncia de Richard Páez, y unas semanas después el anuncio sobre la contratación de Farías para el cargo, los fanáticos, locutores, periodistas y gente de una u otra manera ligada al deporte más hermoso del mundo, comenzaron a reflexionar (algunos no tanto) sobre lo que podría ser del equipo con este nuevo técnico.
Lo primero que se dijo (me incluyo en este grupo de personas, cuando mis arrebatos de fanático futbolero me hicieron sacar conclusiones apresuradas) fue que: “Si el ma@#·$&%* de Richard tenía la rosca montada con su hijo, imagínense a Farías que tiene sus pupilos del Anzoátegui”. Una suposición válida para cualquiera que sabe un poco de este deporte y que tiene algún conocimiento de la carrera de César en el campeonato local. Pero siempre es bueno dar el beneficio de la duda o, por lo menos, no contar los pollitos antes de nacer, como dicen por ahí.
Ahora vamos a los primeros pasos del nuevo seleccionador nacional. Hace una convocatoria de puros jugadores que se desempeñan en la liga local para ir probando nuevas caras (o piernas) y pensar en lo que es un hecho: La selección necesita comenzar a renovar algunas líneas. Decisión acertada, en mi opinión. En esta lista sólo hubo dos convocados del Deportivo Anzoátegui (Morales y Perozo), que además ya venían siendo tomados en cuenta por Richard. Primera bofetada de Farías para todos los que decíamos que la selección sería “todo el Anzoátegui”.
Luego (y para no hacer esta entrada tan extensa), hablemos del segundo partido con Haití (no voy a opinar sobre el primero porque no lo vi). Hay que dejar claro que el rival es un equipo más que flojo técnicamente, sin ningún tipo de ideas y que cualquier selección grande, en un día bueno a media máquina podría golear fácilmente. Pero lo que sí tienen los haitianos es una gran forma física. Son un equipo fuerte, rápido y que corre los noventa minutos (esos tipos podrían jugar dos partidos seguidos y luego pelear con Godzilla y no se les acabaría la energía), y eso es precisamente lo que quería Farías para el primer partido amistoso.
Ya sabemos que el rival no era A1, pero también hay que entender que es el segundo partido de un equipo que está comenzando a absorber nuevas ideas, apenas aprendiendo lo que el técnico quiere plantear en este nuevo proceso. A esto hay que sumarle que los jugadores que llegaron del extranjero sólo tuvieron un día para entrenarse junto a los ya concentrados.
El partido estuvo malo y eso no se puede esconder. No se vio buen fútbol, los jugadores de Haití se cansaron de dar patadas a los venezolanos y el “Cafú” Arismendi ‘se comió’ un par de goles (ya escribiré algo sobre el Cafú), pero a pesar de lo aburrido que estuvo el partido se pueden rescatar algunas cosas. La pareja de recuperadores del mediocampo me dejó bastante satisfecho, sobresaliendo Tomás Rincón, que si se sigue trabajando con él y dándole oportunidad en el equipo titular, va a mejorar lo que hizo en sus días el ‘Pájaro’ Vera, y en compañía de Vielma o de Micky Mea Vitalli conformará una de las líneas más sólidas de La Vinotinto.
También es importante saber que el ‘Pequeño’ Rondón aún puede funcionar, por lo menos viniendo del banco en un momento de necesidad de volumen ofensivo. Buen regreso para él (y otra bofetada con escupitajo en la cara incluido para los que criticamos su convocatoria) que además de marcar el gol se vio con mucha movilidad y buena tenencia del balón.
Hay otras cosas buenas, como por ejemplo que Arango esta recuperando su nivel y el futuro que tiene Carlos Fernández. Por lo demás, queda esperar que se comiencen a ver los frutos reales de un nuevo proceso, porque recuerden que se necesita tiempo para que un equipo entienda lo que un nuevo entrenador quiere aportar y el mundo del fútbol venezolano debe darle todo el apoyo a este nuevo cuerpo técnico que a mi parecer ha comenzado las cosas bien y se les ve con ganas de mejorar lo que ya hizo el Dr. Páez.
Saludos y sigamos hablando de fútbol, el lenguaje universal.
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