domingo, 10 de febrero de 2008

Fantasía, oscuridad y excentricismo: El tridente Burtoniano


Muchos son los aspectos recurrentes y características comunes de cada película de Tim Burton, no importa que sean historias escritas originalmente por el propio director (Edward Scissordhands, Beetlejuice), recreaciones de películas ya existentes (Charlie y la fábrica de chocolates, El planeta de los simios) o adaptaciones de cuentos (El cadáver de la novia), su estética y sus modos de ver la vida y la sociedad se ven reflejados en los proyectos que realiza.

Es importante resaltar su gusto por lo oscuro, gótico y macabro, aspectos que solo en algunas de sus películas no se ven reflejados. Indudablemente, aspecto que ha convertido a Burton en director de culto, la estética tenebrosa de sus películas proporcionan un gran sentimiento de soledad, suspenso y escalofríos; aunque algunas veces sea dentro de historias infantiles o con toques de humor. El director logra perfectamente esa mezcla de oscuridad e infantilismo en cada cinta en que se lo propuso.


Perfectamente lograda, la estética más lóbrega de sus películas nos produce un profundo sentimiento de soledad, que recurrentemente es reflejado por el cineasta en sus historias y personajes (de los que se hablará más adelante). Sus ambientaciones, cabe resaltar, no son ajenas a esto. Al meterse de lleno en sus películas, su ambiente y la exquisita realización de la escenografía, crean un vació como el que puede provocar un cuadro bien realizado, confirmando la capacidad del director (también artista plástico) en lograr lo que quiere. Árboles secos, nubes negras o grises, casas antiguas, abandonadas o con apariencia sobrecogedora, iglesias góticas, cuervos, poca luz y el predominio de las tonalidades grises en contraste con los colores negro y blanco, son asiduos representantes de la “estética Burton”.


Esta inclinación por lo oscuro se debe a la fascinación de Tim por las películas de terror y suspenso. En las películas animadas que ha realizado, a pesar de ser historias infantiles, siempre ha materializado esta fascinación por lo macabro en perfecto contraste con la inocencia de la niñez, plasmado perfectamente en “Pesadilla después de Navidad” película de la que fuera productor y “El cadáver de la novia” y su cortometraje “Vincent” de las que fue director.

En “Vincent”, que fue su primer trabajo de animación “stop – motion” y como director, se ven reflejados aspectos psicológicos de su niñez y que más adelante aparecerán en importantes personajes de sus películas. El cortometraje en homenaje al actor Vincent Price, muestra a un niño solitario y desequilibrado, con interés por el horror y alejado de la realidad.


Los personajes principales de sus películas suelen ser excéntricos y desadaptados. Siempre alejados de la sociedad y el entorno que los rodea, el reflejo de esa excentricidad, en sus personajes, esta claro en Edward Manos de Tijera que es ese joven extraño e incomprendido; también se observa en la película “Big Fish”, que Edward Bloom es un hombre que no es aceptado por su hijo debido a sus peculiares historias en las que se ve rodeado por figuras poco comunes como el gigante, la bruja o el director del circo. En “El cadáver de la novia” queda explicito que Víctor es un muchacho poco social (característica de esta excentricidad de algunos de los personajes Burtonianos) en el momento en que su madre afirma, tras el anuncio del pregonero de que fue visto con una mujer misteriosa, que él no conoce mujer alguna. Esta particularidad de sus protagonistas existe también en Vincent, al que se hizo referencia antes, y se contempla en la película “Sleepy Hollow” a través del detective Ichabod Crane que es interpretado como un hombre un tanto extraño e inusual. El gran Bruce Wayne no escapa a la predilección de Burton por los personajes un poco raros, debido a que el gran magnate de Ciudad Gótica es un hombre solo, atormentado por su pasado (principalmente el asesinato de sus padres) y con la carga de luchar por la justicia y la seguridad de los ciudadanos.

Los roles secundarios de sus películas también suelen ser muy singulares, tratándose de locos y maniáticos como los villanos de “Batman”, el asesino caza fortunas en “El cadáver de la novia” y la mujer que controla al jinete sin cabeza en “Sleepy Hollow”. La extravagancia termina, entonces, formando parte principal de sus relatos y solo con recordar los vecinos de Edward manos de tijeras se puede corroborar.

Tim Burton deja ver en sus proyectos una interesante manera de ver la vida y sobre todo la sociedad, reflejando en los personajes la avaricia, los prejuicios, la desconfianza y la tristeza; siendo sus protagonistas los únicos alegres, capaces de sentir amor y que son desadaptados dentro de una sociedad gris y enferma. En “El cadáver de la novia” este aspecto se encuentra perfectamente logrado, con un mundo de los vivos totalmente gris y con personajes codiciosos y truculentos, mientras que el mundo de los muertos es colorido, con personajes alegres y en el que se ve la camaradería y la amistad.


Lo surrealista, fantástico e imaginario es predominante en las películas de este director, que mezcla siempre los prejuicios de la sociedad con ese escape a los problemas de lo cotidiano que otorga la imaginación como nos demuestra en la película “Big Fish” por medio de su personaje principal que le da ese toque especial a su vida por medio de las historias que relata.

En varias de sus realizaciones se nota también el aspecto un tanto tormentoso en las relaciones entre padre e hijo. En la cinta anteriormente nombrada se ve la ruptura de la relación entre Edward Bloom y su hijo Will que llega a aceptar a su papá en el final de la película. En “Charlie y la fabrica de chocolates” se ve el distanciamiento entre Willy Wonka y su padre el odontólogo que de niño le prohibía comer dulces. En “el cadáver de la novia”, aunque no se le da mucha importancia a la relación de Víctor con su padre, se puede ver que no existe esa empatia entre los dos.


Sin duda alguna, los filmes de Tim Burton, además de poseer una gran calidad estética brillan por el peso de sus personajes y la critica profunda a las sociedades humanas, para lo que el director propone la fantasía y la imaginación como una alternativa para escapar (al menos por algunas horas) a los prejuicios de la humanidad.

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